Por Teófilo Benítez Granados, Rector del Centro de Estudios Superiores en Ciencias Jurídicas y Criminológicas (CESCIJUC).
La clave de una gestión del talento exitosa es formar a las personas y dotarlas de herramientas, máxime en este momento en el que se prevé que la digitalización modifique al menos el 50% de los trabajos actuales. Se requieren nuevas habilidades y destrezas en los colaboradores de todas las organizaciones.
Tradicionalmente peste era un ámbito exclusivo de las instituciones de negocios y universidades. Sin embargo, cada vez toman más relevancia las universidades corporativas o entros de aprendizaje corporativo que responden mejor a las necesidades de la compañía.
En sí, las Universidades Corporativas son una herramienta estratégica para ayudar a las organizaciones a lograr sus objetivos a través de actividades que fomenten el aprendizaje y el conocimiento a nivel individual y organizacional.
Firmas como General Electric, McDonald’s, Walt Disney o Apple iniciaron ya este tipo de estructuras para ayudar a capacitar a su personal y a sus directivos, y así mejorar el alineamiento de sus trabajadores con sus objetivos de futuro y con su estrategia.
El propósito de una Universidad Corporativa se puede resumir en tres ámbitos:
Desarrollo de líderes para el futuro, capaces de asumir la responsabilidad y tomar las riendas en el futuro.
Contribuir al desarrollo, integración y cambio de los negocios. El elemento de cultura, desarrollo e integración, así como de cambio en los negocios, es una parte vital de la función que las Universidades Corporativas vienen a cubrir.
Apoyar la implementación de la estrategia de la compañía. Las Universidades Corporativas se constituyen en importantes cadenas de transmisión de este conocimiento a través de sus programas, e incluso en algunas compañías apoyan su desarrollo.
Aun cuando es un fenómeno creciente, las Universidades Corporativas no son la solución para todo tipo de compañías.
Es importante entender que requieren un importante compromiso para su creación y que después necesitarán recursos para su funcionamiento.
Las Universidades Corporativas pueden ser un instrumento clave, por ejemplo, cuando existe un grado de complejidad alto en una organización o cuando se quiere trabajar en la integración de la cultura corporativa. Para las pequeñas y medianas empresas resulta inaccesible por la alta inversión que implica, por lo que las soluciones más viables son optar por alianzas estratégicas con universidades y centros de conocimiento que puedan apoyar en trabajos puntuales.
Pero si se desea optar por la universidad corporativa, debe seleccionarse uno de los tres principales modelos existentes:
Modelo de Universidades Corporativas controladas. La mayor parte de la actividad sería desarrollada y puesta en marcha por la propia compañía.
Modelo de Universidades Corporativas en alianza (codesarrollo). Son las más comunes. En este caso, la compañía cuenta con un equipo propio de gestión y formación, que se refuerza y busca apoyos en el exterior.
Modelo de Universidades Corporativas en outsourcing. Se busca el desarrollo de la Universidad Corporativa a través del apoyo de proveedores externos. En este caso, el uso de recursos internos es mínimo, pero también implica un menor control de las actividades que se desarrollan. Este es el modelo que mayor impacto tiene en México y que, básicamente, es la ampliación de la alianza estratégica con las universidades y centros de estudios en la localidad en la que operan las compañías.
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