Por Jorge Manrique, Rector del Colegio Jurista y Director general de Gobierno de calidad, consultoría de políticas públicas.
¿Los gobiernos pueden tomar medidas contra la propensión a las noticias falsas?
Las condiciones prolongadas de incertidumbre y miedo por la pandemia de Covid-19 incrementa la cantidad de noticias falsas que circulan en Internet, por lo que muchos asumen que los gobiernos deben planificar e invertir en herramientas para identificar la desinformación y mejorar la rendición de cuentas en línea, especialmente en tiempos de crisis.
Hay una variación significativa en la propensión a los casos de noticias falsas relacionados con COVID-19 en todas las naciones, pero los informes del Instituto Poynter de Estudios de Medios muestran que más de la mitad de las noticias falsas relacionadas con COVID-19 hasta julio de 2020 se originaron en Brasil, India, España y Estados Unidos. La incidencia de noticias falsas es baja en naciones europeas menos polarizadas como Dinamarca, Alemania y Holanda, así como en los países nórdicos, donde la alfabetización mediática es alta.
Sin embargo, la propensión a las noticias falsas es alta en países donde la incertidumbre sobre la información en línea es alta y las instituciones nacionales son relativamente más débiles, como Brasil, Kenia y Sudáfrica.
Ahora, los recursos informativos e institucionales en una nación son a los que recurren los ciudadanos para contrarrestar incertidumbres y temores que emanan de la situación de pandemia. El recurso informativo comprende toda la información disponible para los ciudadanos a través de canales gubernamentales y no gubernamentales como Internet, teléfonos móviles y otras formas de conectividad tecnológica.
El recurso institucional, por otro lado, es el marco institucional y de gobernanza en un país y es el segundo recurso clave que los ciudadanos utilizan para evaluar mejor el significado de la crisis.
El recurso informativo de la conectividad móvil es un campo fértil para la propagación de noticias falsas relacionadas con COVID-19 así como la libertad económica y de los medios de comunicación.
Encontramos que la conectividad móvil y la libertad política son clave para aumentar la propagación de noticias falsas, mientras que la libertad económica y de los medios de comunicación son clave para frenar su propagación.
Así, la libertad económica tiene la capacidad protectora a nivel nacional que puede ofrecer resiliencia colectiva contra la propensión a las noticias falsas. Por lo tanto, desde una perspectiva de política, los gobiernos deben emprender esfuerzos proactivos para construir percepciones de libertad económica entre sus ciudadanos como una medida de preparación para crisis.
Asimismo, los países necesitan desarrollar sistemas políticamente neutrales y federados para contener la amenaza de las noticias falsas.
Un enfoque gubernamental multifacético que integre la seguridad en Internet, la comunicación proactiva de los ciudadanos, la capacitación en alfabetización digital y mediática de los ciudadanos, junto con los esfuerzos necesarios de creación de confianza institucional, tal vez podría frenar las noticias falsas para que no alimenten aún más el miedo y la incertidumbre durante situaciones de crisis sin precedentes como la COVID-19.
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