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PORTAFOLIOS/ Riesgos empresariales en México

Por Alan Ramírez flores, CEO de Coperva y autor de Liderazgo para tod@s

Una inopinada pandemia mundial puso sobre la mesa la gestión del riesgo empresarial, que comúnmente se desdeñaba de los planes operativos y políticas de las compañías.

Hoy, a más de un año de la emergencia sanitaria que impuso drásticos cambios de vida y trabajo, existe una nueva percepción de los peligros inminente s en las organizaciones. La firma trasnacional KPMG elaboró un estudio sobre riesgos empresariales en el país. Sorpresivamente, el factor de mayor riego para el 49% de los líderes empresariales lo atribuyeron a la atracción y retención del talento.

El 45% a la falta de liquidez, 42% a ciberataques e inseguridad pública mientras el 37% a la falta de innovación en la oferta de productos o servicios y en quinto sitio, con 31% a la falta de adopción de tecnología innovadora o disruptiva.

Las principales afectaciones que tales riesgos generarán en las compañías son impactos en la liquidez y capital de trabajo (55%), la reconfiguración del modelo de negocios (50%), cambio organizacional o de estructura organizacional (46%) y la pérdida de clientes o proveedores (44%) y en la misma proporción la reducción o suspensión de inversiones de capital.

Asimismo, el 40% de los empresarios mexicanos asegura que los riesgos que amenazan las estrategias tendrán un impacto a largo plazo.

Ahora, ¿cómo cambió la evaluación del riesgo a partir de este año? En el 48% de las empresas entrevistadas identificaron los riesgos a blindar y las potenciales oportunidades que ofrece la situación actual. El 43% consideraron transformaciones estructurales que permiten la sostenibilidad del negocio 43% y el 41% incorporó escenarios de gestión de crisis. Esto es, si se visibiliza el riesgo como un factor crucial en la conducción de las empresas.

Actualmente, el 61% tiene un programa formal para gestionar y afrontar riesgos empresariales y emergentes. Sólo el 35% de las empresas tiene más de cinco años con estos programas y en igual proporción están las que las implementaron hace un año.

Aunque existen avances sustanciales en la materia, vale destacar que el 11% de las compañías aún no tiene un programa de gestión de riesgos y el 27% de las iniciativas se concentran en el área de finanzas y en ninguna de ellas aparecen propuestas en el área legal.

Ahora, aunque el 38% de las compañías asegura que la alta dirección tiene injerencia en el plan de riesgos y éste es aprobado por el Consejo de Administración, en un 17% el consejo no se involucra.
Por otra parte, en sólo 17% de las firmas existe un especialista de gestión de riesgos de forma permanente.

En sí, se trata de un factor crucial en el que convendría invertir en el diseño y planeación estratégica para generar mayor resiliencia empresarial y que los efectos adversos minimicen sus fecetos a largo plazo.

Es verdad que en una empresa siempre existen múltiples riesgos de toda índole, pero las acciones preventivas pueden representar importantes ahorros de oportunidades de crecimiento y capital de trabajo. Asimismo, cuando se han estudiado las posibles fallas por distintos factores la empresa se vuelve más ágil y capaz de pivotear ante determinados escenarios e, incluso, maximiza potencial de reacción ante imprevistos.

 

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