Una galería de arte, una productora de eventos y una fundación llamada México Bonito, son tan sólo algunos de los proyectos en los que Sandra Cuevas ha dedicado su tiempo, y que tendrá que hacer parcialmente a un lado, a partir del inicio de su periodo como la próxima alcaldesa de la Cuauhtémoc, en la Ciudad de México, durante el cual hará de esta demarcación la primera “alcaldía refugio” para víctimas de violencia.
Fue el pasado 6 de junio que la empresaria de 35 años arrebató a Morena la alcaldía que Dolores Padierna ya hacía suya, y está dispuesta a demostrar que no es una política improvisada.
Su trayectoria, tanto política como en otros rubros, dio como resultado que, durante la contienda electoral, Sandra superara por diez puntos porcentuales a Padierna, quien alcanzó el 38% de los sufragios y se perdió en su anhelo de encabezar el gobierno de la Cuauhtémoc.
Uno de los principales afanes de la empresaria y activista, quien se describe como una “líder que se caracteriza por contribuir y fomentar el bienestar del país”, se relaciona con los derechos de las mujeres, ya que desde el arranque de su campaña electoral se comprometió a conformar un gabinete con una presencia femenina del 50%, y la creación de la Dirección de la Mujer.
Aunado a esto, la joven futura alcaldesa desarrollará una línea encargada de atender llamadas de emergencia relacionadas a la violencia de género, y que también busca garantizar la protección de animales de compañía.
Sandra se reconoce a sí misma como víctima de la violencia de género, dentro y fuera de la política; principalmente, cuando al exhibir actos de corrupción al interior de Morena, se le pusieron apodos despectivos, como Lady Señora, Lady Metralletas, Lady Chapulina, al tiempo que se era difamada.
Con estas agresiones como antecedente, y en búsqueda de frenar la violencia que sufren miles de personas, espera hacer de la Cuauhtémoc la primera “alcaldía refugio” toda la Ciudad de México. En sus palabras:
“Vamos a tener un hogar para todas aquellas mujeres que sean violentadas, pero no solamente mujeres, también niños y adultos mayores, cuando sean violentados de cualquier parte de la Ciudad de México, van a poder llegar a esa casa que va a estar totalmente habilitada, con dormitorios, con cocina, con psicólogo, con doctores, para salvaguardar la integridad de estas personas”.
México bonito, y otros proyectos
Un aspecto que da fe de que Sandra reconoce las necesidades y los obstáculos que enfrentan los empresarios y artistas de la Cuauhtémoc, y la CDMX en general, es su faceta como dueña de Danika, empresa que se dedica a la producción de eventos, una de las industrias más afectadas por la pandemia de covid-19. También posee 11:11, una galería que da espacio a obras de arte contemporáneo.
El involucramiento en estos sectores es esencial para comprender, más allá del ojo meramente político, dónde están parados el arte y las empresas en estos tiempos críticos, donde la recuperación es lenta y la necesidad grande.
Hablando de sus proyectos alternos, es inevitable tocar el tema de México Bonito, organización que fundó en 2015, y que recoge de primera mano las inquietudes de los distintos grupos que conforman la Cuauhtémoc, y otras alcaldías de la Ciudad, y realizan apoyos diversos, como entrega de comidas.
Entre otras cosas, tras la jornada electoral, México Bonito se comprometió a hacer con los desperdicios de la basura electoral (lonas y papeles, entre otros materiales), hogares para perritos en situación de calle.
Pese a que Cuevas considera que uno de los móviles de su apabullante victoria ante Dolores Padierna, uno de los peces gordos de la 4T en la CDMX, es el hartazgo que la población siente por Morena y sus aliados, no está de más decir que la activista de 35 años cuenta además con un perfil prometedor para una de las alcaldías que más le dolió perder al partido guinda.
La activista y empresaria es egresada de la Universidad del Valle de México (UVM) en la carrera de comercio internacional, y cuenta además con una maestría y un doctorado por el Centro de Estudios Jurídicos.
Además, entre 2008 y 2014, trabajó como servidora pública en el SAT, donde se desempeñó como enlace de alto nivel de responsabilidad; mientras que durante los últimos años se ha involucrado en la vida política de la CDMX, de la mano del Partido Revolucionario Demócrata (PRD).
En este periodo, entre otras cosas fue jefa de departamento en la Secretaría de Relaciones Exteriores entre 2014 y 2015.
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