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CONTEXTOS/ La mente del innovador

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Por Teófilo Benítez Granados, Rector del Centro de Estudios Superiores en Ciencias Jurídicas y Criminológicas (CESCIJUC).

La innovación representa un factor crucial para la sobrevivencia de empresas en todos los sectores económicos. No se limita a la adopción tecnológica o la digitalización, sino en permanentes maneras de gestionar y crear productos y servicios, de “mirar” el mundo de una manera distinta.

Las destrezas del innovador son éstas:

1: Asociaciones fuera de lo tradicional, lógico o común. Los innovadores piensan diferente porque relacionan lo que aparentemente no está relacionado. La asociación —o la habilidad para hacer conexiones inesperadas entre distintas áreas de conocimiento, distintos sectores industriales e incluso geografías— es una habilidad que suele darse por sentada entre los innovadores.

Los líderes innovadores de conocidas como Apple, Amazon y Virgin hacen una polinización cruzada de ideas en sus cabezas y en las de los demás. Conectan alocadamente ideas, objetos, servicios, tecnologías, servicios y disciplinas radicalmente diferentes para crear nuevas e inusuales innovaciones. Las personas creativas son capaces de conectar sus experiencias pasadas y de sintetizarlas creando otras nuevas.

Para desarrollar habilidades de asociación conviene forzar nuevas asociaciones, adoptar el rol de una empresa diferente, crear metáforas y analogías, construir una caja propia de curiosidades y aplicar la técnica SCAMPER que evoca la creatividad: Sustituye, Combina, Adapta, Amplía, Minimiza,Modifica, Persigue otros usos, Elimina, Reorganiza y Revierte.

2. Preguntas inusuales. Los innovadores disruptivos desarrollan su trabajo haciendo preguntas que invitan a la reflexión. El cuestionamiento es el catalizador creativo para otros comportamientos de descubrimiento: la observación, la creación de redes y la experimentación. Los innovadores hacen cientos de preguntas para entender mejor qué es una cosa y lo que podría ser.

Conviene formular preguntas del tipo ¿qué es?, ¿cuál es la causa?, ¿porqué? y ¿por qué no?, ¿qué pasaría si?

Alentar la capacidad de generar preguntas disruptivas implica involucrarnos en tormentas de preguntas, cultivar el pensamiento indagatorio y disponer de un cuaderno solo para preguntas.

3: Observación. La mayoría de los innovadores son buenos observadores. Los observadores entienden mejor el trabajo que hay que hacer y encuentran mejores modos de hacerlo cuando observan activamente a los consumidores para ver qué productos contratan para hacer determinados trabajos, aprenden a buscar sorpresas o anomalías y encuentran oportunidades de observación en un nuevo entorno.

Ser mejores observadores implica observar al cliente, a las empresas y cualquier cosa que llame nuestra atención.

4: Networking o creación de redes. Pensar de forma creativa comporta a menudo conectar las ideas de nuestra área de conocimiento con las de quienes juegan en campos diferentes o están fuera de nuestra esfera de influencia.

Es recomendable ampliar la diversidad de nuestra red de contactos, establecer un plan de almuerzos con la red de contactos, planificar la asistencia al menos a dos conferencias el año e intercambiar formación con expertos.

5: Experimentación. Es el medio más viable para generar información sobre lo que puede funcionar en el futuro. Para ello conviene visitar un nuevo país, un departamento distinto de la empresa o a una empresa de un sector diferente al nuestro. También suscribirnos a un nuevo periódico o revista de un campo completamente diferente al nuestro, desarrollar una nueva habilidad y salir en busca de tendencias.

 

 

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