Por Mariana Morán, Presidenta de Equidad, Libertad y Género, A.C
La reinvención o innovación constante a veces es acicateada por las nuevas generaciones. En la búsqueda de misión empresarial y el nuevo liderazgo esto ocurre.
Nueve de cada diez consumidores de la Generación Z creen que las empresas tienen la responsabilidad de abordar los problemas ambientales y sociales. Las personas más jóvenes piensan, asimismo, que las empresas enfocadas en el medio ambiente y la sociedad son mejores empleadores potenciales, y la mayoría de los miembros de esa generación dice que serían más leales a las empresas alineadas con esos valores.
Asimismo, a medida que aumentan las demandas de responsabilidad social, también se incrementan las demandas a los líderes. A veces se trata de aumentar la transparencia mientras los reclamos de solidaridad y empatía también se cierne sobre ellos. De forma simultánea resulta crítico un sentido de significado. En sí, la transparencia, la empatía y el significado definen un nuevo punto de referencia de liderazgo.
Y más allá de los valores que abanderan las nuevas generaciones, los datos dejan claro que los compradores de hoy en día se preocupan profundamente por el impacto social de las empresas que patrocinan. También están dispuestos a profundizar sobre la procedencia de los productos que consideran adquirir, para asegurarse de que tales artículos cumplen con una aspiración social.
Alrededor de dos tercios de los consumidores de todo el mundo aseguran que cambiarían, evitarían o boicotearían las marcas por sus posturas sobre temas controvertidos. Y el 52% de los millennials asegura que siempre investigan la información de antecedentes antes de comprar bienes o servicios, en comparación con el 45% de los consumidores de la Generación X y el 41% de los baby boomers.
Tal percepción también afecta el concepto o expectativa del liderazgo. En diferentes encuestas realizadas por empresas de consultoría empresarial se destacaron tres características, todas impulsadas por un fuerte sentido de responsabilidad moral: la capacidad de desarrollar una visión de futuro amplia que se extienda más allá del problema en cuestión, la de inspirar y generar confianza con los demás al encontrar un terreno común y la tercera es la de predicar con el ejemplo.
Los rasgos de liderazgo como la tolerancia al fracaso y la capacidad de crear una red de alianzas también son importantes.
El liderazgo siempre joven o atemporal, en sí, es plenamente empático. Es decir, tiene una mentalidad que resuelve las iniciativas comerciales diarias: comprender las verdaderas necesidades del cliente y empodera a los empleados para que perciban que cumplen una misión significativa. También es esencial contrarrestar la resistencia natural que a menudo acompaña al cambio organizacional radical.
En sí, juventud eterna en las organizaciones y liderazgo se refieren a la vigencia. Y hoy, más que nunca, es altamente contextual y generador de respuestas a las necesidades y expectativas de mercado. Es la visión de empatía en acción.
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